A veces parece que el mundo se impone, que las cosas simplemente nos suceden y no queda más que reaccionar. Nos sentimos víctimas de las circunstancias, esperando que algo allá afuera cambie para poder respirar mejor. Pero esa espera duele, y te apaga poquito a poco. Esta carta viene a recordarte que tú no estás aquí para mirar la vida desde la orilla. Estás aquí para elegir cómo verla. Todo cambia cuando decides mirar diferente. Cuando miras con los ojos del amor, de la verdad, de la posibilidad… tu mundo cambia, porque tú estás cambiando por dentro. Y desde ahí, todo empieza a florecer.
Veronika Amaya